.

Donde hay vida hay conflicto.


“Los conflictos son el motor y la expresión de las relaciones entre personas”.
Vinyamanta.

En base a la idea de un orden, un derecho, una libertad, podemos elegir si girar a la derecha o a la izquierda, si ir al cine o al bar, o qué es mejor a largo o a corto plazo. La ciencia, la política, la moral, las religiones y la economía, configuran parte de nuestras vidas y conflictos cotidianos. No tenemos conflictos en el vacío social. Probablemente si estuviéramos en una isla desierta, no podríamos saber si somos buenos ciudadanos o si nos apetece ir al cine o al teatro.

Qué és un conflicto?

Vemos que existen muchas definiciones de conflicto, a veces afines entre sí e incluso antagónicas, pero también complementarias, ya que si las tomamos en su conjunto, como la metáfora de los ciegos que tocan partes distintas del elefante, vemos que todas estas miradas, pueden ayudar a hacernos una idea de lo que entendemos por conflicto, sin dejar de ser rigurosos.

Los conceptos de ying y yang oriental nos aportan una visión complementaría e integrada, haciéndonos saber que los dos polos se complementan y toman sentido por’ la existencia del otro, es decir, son dos caras de la misma moneda. Asímismo, los budistas nos recuerdan que, una de las grandes verdades, es que el sufrimiento existe –sí-.
Creo que actualmente occidente, ya no esta en auge la visión pesimista realista de la vida de hace unos años, ahora se apuesta por la obligación de sentirse bien y evitar los conflictos y el sufrimiento. De forma que inconsciente o conscientemente nos situamos, en un polo de bienestar “” y rechazamos el otro hasta el punto de desterrar-lo de nuestra experiencia, de hacer como si no fuera con nosotros.


Los conflictos, igual que algunas emociones (el padecimiento, la ansiedad, el estrés, el pánico, la infelicidad, la timidez...) quedan relegadas al mundo interno y privado, al “lado oscuro de la fuerza” y creemos que hace falta erradicarlos, superarlos, como la maleza, y por ello se nos dispone con varias tecnologías dispuestas para tal fin - consultas psicológicas, denuncias, juicios, terapias, libros, cursillos y otras..-


Todo esto liga con el precepto grabado a fuego por los medios de comunicación, textos científicos y libros de autoayuda, que dice que para poder ser felices, hace falta tener el control de nuestros conflictos.

Los acontecimientos privados son una construcción social al igual que las reacciones que tenemos. en éstos Los códigos sociales y los repertorios interpretativos son los que nos permiten etiquetar una situación de conflictiva. El construccionismo social dice que nuestra experiencia subjetiva es el resultado de los discursos en qué nos encontramos inmersos culturalmente (Burr) y pone el acento en el papel fundamental del lenguaje (verbal, no verbal..). A veces, solo hace falta cambiar el nombre -“dificultades”, “errores” “oportunidades”- para que se abran nuevas vías de transformación.


Según Vinyamata, el conflicto parte de la base de una necesidad-miedo-acción. Sin olvidar que las definiciones, están hechas por humanos, en cada época y situación social e histórica se ha ido viendo de formas contingentes, idiosincrásicas y cambiantes de conflictos y su gestión. A lo largo de nuestra vida, los conflictos han variado, nuestra forma de gestionarlos también. Es decir, ha sido un proceso de definición y redefinición constante, y en ningún caso nos encontramos ante un hecho estático y cerrado.

«La humanitat sencera no és feta sinó de casos particulars, la vida és creadora de diferències i cap «reproducció» no dóna mai copies exactes. Tothom, sense excepcions, posseeix una identitat composta. [...]

 Maalouf, Amin. Les identitats que maten


Actualmente hemos psicologizado tanto nuestra vida, que no se extraño que llegados a este punto, nos preocupamos de sobremanera y busquemos explicaciones psicológicas o clínicas a nuestros conflictos, entendidos como sensaciones internas que crean malestares y es necesario erradicar.
Siguiendo lo expuesto por Vinyamata, no se trata de evitarlo, ignorarlo o erradicarlo, sino más bien de comprenderlo.
Pocas veces nos lo planteamos como un proceso y no un hecho problemático, como algo inherente a la vida y a las relaciones cotidianas y mucho menos que pueda representar una oportunidad de cambio. Pensándolo bien, sería muy tedioso y estresante, no percibir conflictos ni cambios internos o externos por parte de nuestros sentidos!

Servicios psicologicos online. Psicologiacuerpomente.

http://www.psicuerpomente.com

0 comentarios:

Publicar un comentario